martes, 5 de enero de 2010

Destination: Basingstoke

Hacía tiempo que no disfrutaba de un buen amanecer. El Sol se despertaba con su dorada lentitud aunque él hacía ya bastante que sabía que venía, puesto que su color anaranjado se reflejaba en las varias capas de nubes que habitaban el cielo en esa gélida mañana de Enero.

Al salir el tren de la estación de Waterloo, aunque inadvertida por completo, la aguja horaria de su reloj completaba su primer ciclo desde que cerró la puerta del estudio en Anson Road.

Tras haber incumplido su propia norma de ir siempre en autobús para iniciar su viaje en metro, con el único objetivo de ganarle tiempo al día y alargar el suyo a los brazos de Morfeo, llegó a la estación de tren. Vistazo rápido a las pantallas de próximas salidas y ahí lo encontró... Próximo objetivo: Basingstoke. Un viaje de 45 minutos con el que de nuevo confirmó  su afirmación de que el transporte público es caro, y el tren inglés no debe de andar lejos de lo alto del podio. Pero ese día el precio no importaba.

Acomodado en el vagón del tren, sentado en su asiento rojo disfrutó del contraste entre un cielo despejado y un paisaje nevado, atípico de esas tierras. El Sol, que ya mostraba su cara al completo, jugaba a dejarse entrever por detrás de los árboles que acompañaban al tren en su camino, para esconderse y reaparecer de nuevo tras uno u otro montículo. Pasadas las dos primeras estaciones dejó de ver la contínua sucesión de aviones que iban hacia o salían desde el que por su dirección creía era el "London City Airport".

Desde ese momento su mente se limitó a relajarse a la espera de algo nuevo, algo diferente y a su parecer, divertido. Es que no todos los días te toca madrugar y vestir bien para conseguir trabajo con EasyJet...

Tal vez no fuera lo que vino buscando y desde luego no sería su objetivo final, pero la posibilidad de trabajar de Cabin Crew (también azafato, TCP, flight attendant, según se prefiera) significaba algo más que romper con la monotonía. Era una dosis nueva para saciar su sed de aviones, con algo de suerte un "trailer" de su futura vida, una nueva esperanza.Abstraído en sus pensamientos, por poco se pasó de largo la parada, así que bajó del tren de un salto, notó el frío aire fresco en su cara y comprobó la hora. Tenía bastante tiempo para un chocolate caliente antes de empezar a buscar el lugar de la entrevista.

[...]

Mismo tren, misma ruta, pero esta vez el cielo se ve nublado desde su asiento rojo y el paisaje que le despertó esa mañana, ahora corría a la inversa, como si alguien rebobinara la cinta de su día a día para dejarlo todo como si nada hubiera pasado.

A pesar del manto de nubes, el Sol hacía notar su presencia más que nunca ¿o quizás era sólo sensación suya? Una hora atrás había salido del edificio donde, tras un tedioso papeleo y un examen que a su parecer era una mera formalidad más, tuvo lugar una entrevista más larga de lo habitual. Le cayó bien la gente con la que habló a lo largo del día y, curiosamente, la persona más amigable fue la misma que le había provocado tanto nerviosismo.

Una vez roto el hielo no le costó sentirse cómodo en un ambiente tan desconocido para él e incluso congenió con su entrevistador, con el que terminó compartiendo batallitas aeronáuticas tanto de tierra como de aire. Es divertido ver cómo un tema tan mundialmente conocido da tanto que hablar... Y así, pronto se descubrío a si mismo explicándole cómo funciona la "Industry" a alguien quien por la apariencia le llevaba unas quince primaveras de ventaja.

El clásico apretón de manos cerró ese capítulo, aunque no alcanzó a saber si se trataba de una simple formalidad o si él también había disfrutado de la charla como si ésta hubiera tenido lugar en un pub, cerveza en mano.

"Call us in two days and we'll let you know what's going on"

Sentado en su vagón y escribiendo en su libreta, seguía pensando que le gustó más esa frase que el "ya te llamaremos" de toda la vida, aunque el significado gramatical parezca llevar a la misma espera. Tenía la sensación de que tras ese fin de entrevista tan poco clarificante también brillaba el Sol y viendo su rostro reflejado en el cristal del vagón al pasar el único túnel de su viaje, creyó que parte de ese brillo también se había instalado en su mirada.

Al día siguiente volvería a su puesto habitual, a seguir trabajando por dinero más que por placer. Pero esta vez con el presentimiento de que a su corazón de nuevo le crecían alas. Por ahora solo le quedaba relajarse y disfrutar del paisaje.

C.

6 comentarios:

  1. Total, te han llamado o no??? Que me tienes intrigada!

    ResponderEliminar
  2. Muy buen ejemplar de inspiración poética invernal, tienes trazas de buen escritor, con una o dos tardes de estudio eso lo tienes chupado, al menos mejor que muchos supuestos autores aspirantes al Premio Planeta.
    Pero por favor escribe pronto el epílogo de esa aventura.
    ALAS Y BUEN VIENTO !!!

    ResponderEliminar
  3. Muy bien... me gustó el texto... y??? funciona el telefono??? te llamó???

    ResponderEliminar
  4. :):):) por y para el futuro

    ResponderEliminar
  5. Yyyy...????... la second part??
    ¿y S y V ande andarán?
    Hace meses q no se sabe nothing de V, se fue con las rebajas??

    ResponderEliminar